Buenos días, estimado lector.
Escribo estas líneas justo tras las elecciones, en la que hemos sufrido una de las campañas electorales más lamentables que se recuerdan por parte de todos los partidos. Como la tortura no había sido suficiente, nuestro querido presidente del gobierno ha decidido que se prolongue durante 2 meses más, convocando nuevas elecciones.
Creo que es un buen momento para hacer un repaso a los errores electorales que los partidos políticos no deberían cometer en esta nueva campaña, con la esperanza de que alguien lo lea y nos ahorren espectáculos bochornosos. No nos van a hacer ni caso, pero por intentarlo que no quede, así que aquí va la lista con algunos errores básicos que los partidos no deberían cometer:
1.- NO INSULTES AL VOTANTE.
“No hay nadie más tonto que un obrero de derechas”. Seguro que está usted harto de oír esta frase, pero lo cierto es que es falsa. Sí que hay alguien más tonto, y es precisamente quien pretende que los obreros de derechas cambien el sentido de su voto con esa argumentación.
¿Ustedes se imaginan a un pastelero que intentase vender su mercancía llamando gordos zampabollos a sus potenciales clientes? Pues así de estúpido es insultar a los votantes.
Ni siquiera insultar a aquellos votantes que por sus características es poco probable que te voten es una maniobra inteligente: En primer lugar, siempre cabe la probabilidad de que alguno te votase y, en segundo lugar, movilizas al contrario. Así que por favor, ahórrenselo.
2.- AL VOTANTE NO LE IMPORTAN TUS PROBLEMAS. QUIERE QUE LES SOLUCIONEN LOS SUYOS.
Este es un clásico en aquellos partidos cuyos resultados empeoran. “Nos atacan los poderosos”. “Los medios no nos sacan”. “Nos quieren fuera de las instituciones, “Ana Rosa y Ferreras son unos corruptos” … Todas esas quejas al votante le importan un rábano. El votante no está ahí para que le cuenten los problemas de tu partido. Está para que le cuenten cómo vas a solucionar los suyos.
Cada vez que se habla de eso es una oportunidad que se pierde para hablar de las propuestas en sanidad, educación, vivienda, los precios o lo que realmente quieras transmitir a la gente. Es posible que uno se dedique a hablar de eso y no lo saquen, pero como seguro que no van a hacerlo es si le das a la prensa un titular alternativo mucho más jugoso. Así que: ¡Deja de quejarte, estúpido!
3.- NO CRITIQUES A LOS MEDIOS.
El primer motivo para no hacerlo es el punto anterior: Al votante le dan igual tus problemas con los medios, y el tiempo que dedicas a hablar de esto, es tiempo que no usas en hablar de sus problemas, pero hay otros motivos adicionales.
No nos engañemos: A pesar de las redes sociales, la mayor parte de la gente se informa por la prensa, la radio o la televisión. El mundo es como es, no como nos gustaría, y criticar a los medios significa ponerse en contra a quienes transmiten la información. Si se quiere salir en prensa, criticar a los medios es una forma estúpida de lograrlo. Es como si un comercial le dijese a alguien que es un desgraciado porque no compra sus productos… ¿cree usted que así esa persona los comprará más?
Y además, seamos sinceros: Puede que haya un medio o dos, o tres, que odien a tu partido. (y si es así, cállate y aplica el punto 2). Pero si alguien se pone en contra a TODOS los medios, el problema no son los medios. Es él.
4.- ELIGE TÚ DE QUÉ QUIERES HABLAR.
Hay algo que está muy claro y es que en campaña electoral, los medios van a hablar de los partidos. Tienen que llenar el tiempo con algo, así que elige tú cuál debe de ser el tema, y no te apartes de él.
Por cierto: insultar, al contrario, o peor aún, al votante, es el mejor medio posible para que se hable de esos insultos y no de lo que tú quieras. No esperes que se hable de tus propuestas de sanidad si has puesto una lona gigante insultando a todos los vecinos de un barrio.
¿Que alguien te pregunta sobre lo que ha dicho el adversario? “Mire señora, ¿sabe lo que no va a hacer este hombre? Solucionar los problemas de la sanidad. Y para eso, nuestras propuestas son esta, esta, y esta”. El periodista pregunta sobre lo que quiere. Pero tú respondes lo que te dé la gana.
5.- ERES UN POLÍTICO. COMPÓRTATE COMO TAL.
Como hemos indicado anteriormente , la mayoría de los ciudadanos esperan de los políticos que éstos resuelvan sus problemas. En este sentido, los “frikis” están bien para Eurovisión, pero nadie contrataría a Rodolfo Chiquilicuatre para gestionar su negocio. Mucho menos para gestionar la sanidad, la educación, o la justicia.
Esto no significa que uno no pueda comportarse con naturalidad en una situación distendida. Iceta marcándose un bailecito (por muy mal que baile) transmite una imagen de naturalidad. Pero si tu campaña consiste en irte a limpiar las barras de la verja del parlamento con unas bayetas, o plantarte en el congreso con un disfraz de pikachu, lo que transmites es que eres un “friki”. O peor aún, que estas desesperado por captar la atención, sea como sea.
Cierto es que hay una minoría de españoles que no piensa así: Al fin y al cabo estamos en el país que mando a Ruiz Mateos al europarlamento o que hizo a Jesús Gil alcalde y sinceramente, me duele la cabeza sólo de pensar cuántos votos sacaría Belén Esteban si un día decidiese presentarse, pero querido lector: ¿de verdad quiere usted ser ese tipo de político?
6.- LOS QUE MÁS TIENEN DEBEN APORTAR MÁS. PERO NO LES INSULTES POR ELLO.
Obviamente esta es una ampliación del punto 1. Como hemos dicho nunca es buena idea insultar al votante, pero por favor, no lo hagáis cuando encima le estáis exigiendo esfuerzos adicionales.
Hay un capítulo de “el ala oeste” que ilustra esto magníficamente: Sam Seaborn recibe a dos ayudantes, que vienen a proponerle una nueva subida de impuestos con el lema que venía a ser “Deja de quejarte desde tu piscina de lujo” o algo así. Seaborn les dice que no. Y les cuenta que antes él trabajaba fuera. Que ganaba mucho dinero y que el pagaba 7 veces más que la media, pero que no recibía 7 veces más servicios. Y que le parecía bien, porque el que más tiene, tiene que contribuir más, pero que no cogiesen y encima le insultasen por ello.
Así que aplíquenselo, por favor: La gente a la que le estas subiendo el IRPF o subiendo el salario mínimo de sus trabajadores no son “los ricos”, ni “cayetanos”, ni “empresarios explotadores”. Son gente a la que se le está exigiendo por ley un esfuerzo extra. Y (al menos para alguien de izquierda como el que escribe) está bien exigírselo. Pero encima de que les hacemos pagar más, no les insultemos.
7.- SI TE METES EN POLÍTICA, TU OBLIGACIÓN ES RESPONDER.
Da igual lo partidistas que sean los medios. Da igual que haya gente con nula profesionalidad que vaya a manejar burdamente tus palabras: Si estás en política, tu obligación es responder ante la gente y ante la prensa, no al revés. La prensa no tiene que darte explicaciones, eres tú el que tiene que dárselas a los ciudadanos, y la única forma es a través de periodistas que hagan preguntas incómodas. Que haya impresentables en algunos medios viene en el sueldo.
Si no eres capaz de aguantar esto, no te metas en política.
8.- EN DEMOCRACIA, A VECES GANAN LOS OTROS.
Hay pocas cosas más lamentables que un mal perdedor. Si te ganan, pues felicitas al otro y después miras qué es lo que has podido hacer mejor para la próxima vez. Basta de insultar al adversario. Basta de insultar a los votantes porque no han votado lo que tu querías. Basta de argumentos ridículos como que “si no hubiesen votado los viejos el resultado habría sido el que a mí me gustaría”. Y si sólo votase yo siempre saldría lo que yo quiero, pero la cosa no funciona así.
Se llama democracia no “va a salir lo que yo diga”. Así que deja de llorar, deja de insultar a los votantes o a los adversarios, y acepta el resultado. Y después intenta mejorarlo para la siguiente
CONCLUSIÓN.
Así que hasta aquí hemos llegado, querido lector. 8 consejos políticos, que creo que se pueden resumir fácilmente: No insultes al votante (ni a nadie), habla de los problemas del ciudadano y no de los tuyos. Elige tú de qué temas quieres hablar, y no seas un mal perdedor.
Algo que a priori parece muy simple, pero visto lo visto, parece que para muchos no debe de serlo tanto.
Y yo añadiría un noveno error: Convocar unas elecciones el 23J en este país roza (si es que no cae de lleno en) la ilegalidad, porque, celebrándose las elecciones en colegios sin aire acondicionado, es imposible garantizar las condiciones laborales establecidas por la legalidad vigente a los trabajadores de las mesas (más de 500.000 personas en todo el país) De hecho, si los sindicatos sirviesen para algo, ya habrían puesto de manifiesto que va a ser imposible garantizar una temperatura dentro del rango legal, según el RD 486/97, a todos estos «trabajadores cívicos no voluntarios». Es decir, el gobierno se comporta como cualquier empresario explotador (los del puro)