La Renta Básica Universal o Incondicional Ciudadana (RBU-RBIC), es un concepto en general conocido sólo a medias. Si bien fue Podemos quien abrió el melón en 2014, en España, siendo ésta la medida más aplaudida y apoyada por su militancia, también hay que decir que fue el mismo Podemos rápido en traicionarla, tratando de vender su Ingreso Mínimo Vital (IMC) como una «Renta Básica». De modo que se creó una confusión intencionada para hacer ver que se seguía apoyando la RBU cuando, al contrario, se ha abandonado la defensa de la misma.
El IMV no es más que un subsidio condicionado para pobres, que ha demostrado ser un fracaso por su ineficiencia de gestión, suficiencia y alcance, en la línea de todos los subsidios condicionados.
La condicionalidad discrimina a los receptores, por territorio, edad, residencia, actividad, dificultad social, y fomenta la caída en la «trampa de la pobreza», que desincentiva el salir del espectro de alcance del subsidio en cuestión. Si aceptar un empleo, por poner un ejemplo, significa la terminación del subsidio, existirá resistencia a abandonar la situación subsidiada si dicho empleo no ofrece una diferencia de ingresos sustancial.
Por otra parte, los subsidios condicionados suponen un importante gasto de gestión. El filtrado, la inspección, renovación, y control generan un gasto que ninguna administración ha querido hacer público o siquiera estudiar. Porque imagínense qué diría la opinión pública sobre un subsidio si se informara, por ejemplo, que de cada 5 euros dedicados, 1 se pierde por el camino en burocracia, papeleos y recursos de control. O más. La opacidad al respecto por parte de las distintas administraciones no es casual.
Importante también destacar que la mayoría de estos subsidios se gestionan en el ámbito municipal y autonómico, generando esto desigualdades territoriales en cuanto al acceso a los mismos.
Consultar el listado de este tipo de subsidios, desde pensiones no contributivas, ayudas a desempleados, rentas minimas, etc. asusta. Es quasi infinito (perdonen la dramática exageración). Y asusta también el ver las diferencias en los distintos territorios. Cosa que genera una desigualdad flagrante entre ciudadanos, en función de su residencia.
A diferencia de los subsidios condicionados, la Renta Básica es INCONDICIONAL, INDIVIDUAL y UNIVERSAL. Y no requiere filtro, control o gasto de gestión. La recibe automáticamente todo ciudadano por el mero hecho de serlo. Con lo cual la eficacia es del 100%, es inmediato y no requiere de trámite alguno.
Y centrando de nuevo el artículo en el tema que se expone, me gustaría señalar un punto relativo a la RBIC, sobre el que no se ha reflexionado o debatido demasiado. La Renta Básica sustituye, y por tanto ERRADICA casi todos los subsidios de importe inferior (si alguien cobra un importe superior, se complementaría la RB hasta llegar a ese importe). Eliminando los terribles gastos de gestión y control de todos ellos, y las diferencias discriminatorias y territoriales de acceso a los mismos. Permitiría al estado arrebatar las competencias relativas a las CCAA o localidades, de modo que se centralizaría todo el esfuerzo presupuestario de modo plenamente eficiente e igualitario. Incluso podría ayudar a revertir dinámicas poblacionales de aglomeración en urbes y abandonodel rural. (Aunque esto es otra historia y no precisamente falta de complejidad).
En resumen, la Renta Básica podría ser un instrumento tremendamente eficaz para sustituir el penoso panorama actual, de caóticas políticas de subsidios condicionados, por una situación más eficiente e igualitaria, simple y centralizada.