Las compañías no son desdeñables

Observamos con demasiada asiduidad como las dos formaciones políticas que se disputan el Gobierno de España recurren al para qué y rehúyen del con quién. Ahora bien, ¿no será que a veces el contenido programático y los agentes están más conectados de lo que parece? No es que pretenda negar la mayor y determinar que cualquier proyecto deliberativo es irrealizable e indeseable. El caso es mucho más simple: las líneas rojas (que no los cordones sanitarios) son necesarias.

Parece razonable asumir que si tu horizonte político pasa por suscribir la máxima rawlsiana de “ninguna desigualdad sin responsabilidad” no busques alianzas con quienes enarbolan la bandera de “ninguna responsabilidad en la desigualdad”. No sé, sería como contratar los servicios de Desokupa para acabar con la especulación inmobiliaria o recurrir a homeópatas en aras de abordar cualquier asunto médico. Pues con EH Bildu, queridos amigos del PSOE, lo mismo. Su presencia más allá de ser una aberración moral para la democracia es análoga a mis habilidades baloncestísticas para competir con Nikola Mirotic. Un atentado contra la razón. Una cuestión de altura de miras. Por ende, que la democracia cristiana en Valencia, Extremadura y otros lares opte por artificieros psicopáticos como socios preferentes, constituye otra de las desgracias con las que nos toca lidiar. Una amalgama entre puritanismo (no visto ni en las sotanas más promiscuas) y neoliberalismo thatcheriano (poniendo el engaño, que dirían los taurinos, a lo Ortega Cano en un control de alcoholemia).

Es por ello que resulta conveniente ser cautelosos con las compañías. No vaya a ser que acabemos abrazando la xenofobia en nombre de la democracia. La pluralidad política no conlleva arrodillarse ante la intolerancia. Precisamente la tolerancia va de señalar y luchar frente a racistas, machistas y xenófobos de toda índole. Como dijo “Chivi” (José Córdoba) en algún momento: [mantengámonos inmunes a la] «Resaca que me deja tu saliva, de las mentiras que siempre me dices». Pue eso. No nos dejemos engañar, queridos amigos.

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Marc Luque

Analista político en Izquierda Española y Director del programa 'Caro Diario' en El Jacobino. Graduado en Humanidades por la Universidad de Cádiz y máster en Teoría Política por la Universidad Complutense de Madrid. Paralelamente a lo descrito, colaborador en diferentes medios de comunicación de ámbito nacional. Socialista, nada más y nada menos.

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