A la memoria de Paco Gómez, un luchador infatigable y una buena persona.
En el siguiente artículo nos haremos eco tanto de los actos memorialistas del pasado febrero en honor a la Batalla del Jarama, así como de la interesante investigación acerca del monumento perdido del Batallón Británico, que ha podido ser reconstruido a unos 30 metros de su emplazamiento original, culminando en su inauguración el pasado sábado 29 de abril.
Parte I: XV Marcha Memorial de la Batalla del Jarama, tras las huellas del Batallón Dombrowski
A finales del pasado mes de febrero tuvo lugar una nueva edición de los actos memorialistas en honor de la Batalla del Jarama, ocurrida exactamente ochenta y seis años atrás (febrero de 1937) en la zona Sudoriental de la actual Comunidad de Madrid en el contexto de la Guerra Civil, y muy especialmente en los actuales T.M. de Morata de Tajuña o Arganda del Rey y, en menor medida, San Martín de la Vega, Rivas-Vaciamadrid o Ciempozuelos, donde se celebró la marcha conmemorativa el año pasado. Esta terrible carnicería de nuestra última Guerra Civil vino motivada por el intento franquista de cortar las Carreteras de Valencia y Barcelona desde el Sur, buscando con ello el asedio, colapso y caída de la capital y, tras ella, de la propia República.
Como cada año, la Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales, verdadera alma mater de la iniciativa (aunque apoyada por otras entidades como la Asociación TAJAR de Morata de Tajuña, la agrupación del P.S.O.E. de Arganda del Rey o, ya en el plano internacional, la Asociación Polaca de Voluntarios de la Libertad) planteó un fin de semana repleto de interesantes eventos conmemorativos a lo largo de todo el fin de semana. Así, el jueves 23 se daría el pistoletazo de salida con la proyección del documental “¡Hasta pronto, hermanos!”, presentado por su propio director Fernando Alcalde. Al día siguiente, una visita relámpago al Hospitalillo y cementerio de Tarancón (Cuenca) tras la cual, en el camino de regreso a Madrid, la comitiva efectuaría una parada en el Ayuntamiento de Morata de Tajuña, donde se efectuaría uno de los momentos más interesantes de todo el fin de semana. Allí esperaba el historiador Jose María Olivera Marco, autor de una relevante investigación histórica, arqueológica y documental que ha conseguido ubicar el emplazamiento exacto, entre olivos y campos de cultivo, del monumento erigido por el Batallón Británico (encuadrado dentro de la XV Brigada Internacional) en honor de sus miembros caídos en combate, tal y como nos referiremos supra. Tras la ponencia, se visitó el emplazamiento in situ, hoy dentro de un campo de cultivo próximo al memorial al poeta irlandés Charly Donnelly (autor del poema “La tolerancia de los cuervos” y caído en combate entre aquellos olivares) y a varias líneas de trincheras, hoy visitables. Desde allí, y de manera inesperada, dio tiempo a una rápida visita a las proximidades de la Colina del Suicidio, una de las líneas de choque más duras de toda la Batalla del Jarama, donde se erigió hace algunos años otro austero memorial a Kit Conway y sus compañeros del Batallón Británico.
Pero sin duda el acto principal del fin de semana sería la XV Marcha Memorial. El punto de encuentro sería el Restaurante El Alto, enfrente de la cementera de Portland Valderribas. Allí se dieron cita unos cinco centenares de personas, incluyendo una nutrida representación internacional con miembros de asociaciones británicas, irlandesas, francesas, italianas, alemanas y polacas. Esta nacionalidad sería la gran protagonista de la jornada, ya que la marcha venía dedicada este año a seguir los pasos del Batallón Dombrowski, compuesto por voluntarios de aquel país. De hecho, se contó con la presencia de un nutrido grupo de la Asociación Polaca de Voluntarios por la Libertad, con quienes tuvimos ocasión de hablar brevemente para nuestro programa de radio, que puedes escuchar aquí. Además, también estuvieron presentes el alcalde de Morata de Tajuña, una representación del Ayuntamiento de Arganda del Rey (por cuyo término municipal transcurrió la marcha) y Oisín, hijo de Eddie O´Neill, el gran impulsor de la Marcha Memorial, entre otros muchos.
La actual cementera se erige parcialmente sobre los restos del trazado del Ferrocarril del Tajuña, conocido como el célebre “Tren de Arganda, que pita más que anda” por las poblaciones del Sudeste madrileño, y que data de mediados del siglo XIX. Sobre dicho trazado enfiló la marcha en sentido Sur, a lo largo de un par de kilómetros. Debido a la topografía del territorio circundante, compuesta por escarpes y barrancos en la cresta entre las cuencas fluviales del Tajuña y el Jarama, el ferrocarril marchaba en esta zona encorsetado en una trinchera excavada en el terreno. Por supuesto, esta circunstancia fue aprovechada durante la Batalla del Jarama por las fuerzas republicanas para emplazar allí toda suerte de refugios y fortificaciones a cubierto del fuego enemigo. Durante la marcha tuvimos ocasión además de visitar varios de ellos. Cabe destacar que todo este sector del Tren de Arganda era denominado sarcásticamente como “Avenida Joseph Putz” por parte de los republicanos, en honor del comandante de la XIV Brigada Internacional en el Jarama. Personaje interesante, este Putz lucharía posteriormente contra el Fascismo en la II Guerra Mundial, donde estuvo al frente de la famosa “Nueve” que liberó París, hasta su caída durante la liberación de Alsacia ante una de las últimas balas de la contienda.
Desde la trinchera del ferrocarril la comitiva emprendió la subida hasta uno de los escarpes próximos para alcanzar las ruinas de la posición conocida como la “Casa Amarilla”, que fue puesto de mando de las fuerzas beligerantes en 1937. Allí se erigió hace no demasiado un monumento memorial en honor al Batallón Dombrowski, ante el que tuvo lugar la última explicación histórica por parte de Miguel Ángel, de la Asociación TAJAR y por Almudena Cros, por parte de la A.A.B.I. Asimismo, también intervinieron los representantes de las asociaciones internacionales presentes, con especial hincapié en los polacos, sin olvidar a los representantes de los Ayuntamientos locales. Sin más, se dio por finalizado el evento y la comitiva desanduvo sus pasos, regresando hasta el Restaurante El Alto.
Parte II: En busca del monumento perdido del Batallón Británico
Nos hemos referido infra a la meritoria investigación del historiador José María Olivera Marco a propósito del monumento del Batallón Británico en el Jarama, incluido en la XV Brigada Internacional. Se trataba de una pequeña estructura en forma de estrella de cinco puntas, de aproximadamente un metro de altura. En ella se recogían los nombres de una treintena de brigadistas insulares caídos en el Jarama, con claro predominio de los que lo hicieron en el desastroso ataque frontal del 27 de febrero, muy en la línea de los asaltos a la bayoneta de la I Guerra Mundial. Sus cuerpos, además, fueron enterrados, al menos en algunos casos, en la zona.
El memorial fue lógicamente destruido tras el final de la contienda española por las tropas franquistas. Sin embargo, quedaba su recuerdo en algunos testimonios orales y en algunas fotografías de la época. Es aquí de donde parte la investigación de José María, que ha logrado mediante un trabajo riguroso y sistemático la superposición de fotografías actuales con otras de febrero de 1937 (incluyendo las fotografías aéreas de la Legión Cóndor de la Luftwaffe) provenientes de diferentes archivos. Además, también echó mano de ciertas técnicas de Arqueología del Paisaje tales como reconstrucciones en 3D y otras. Puedes escuchar los pormenores de la investigación en las propias palabras de su autor, aquí.
Y finalmente la investigación culminó, al menos por el momento, con la erección de un nuevo monumento, fiel réplica, emplazado a sólo una treintena de metros del original, actualmente en el interior de una finca privada de cultivo, como ya señalamos supra. Este émulo que inaugurado finalmente ayer 29 de abril. En pleno Puente de Mayo y ante una cincuentena de personas en su mayoría españolas y británicas, tuvo lugar entre los olivares y espartales un emotivo acto, que se cerró con el canto de La Internacional y “el llanto del cielo”, como denominó Almudena Cros a la lluvia fina que cubrió a los presentes.
Agradecer a Almudena Cros (A.A.B.I.), David Loriente (TAJAR) y José María Olivera Marco su inestimable colaboración, de una manera u otra, para la elaboración de este artículo. Y como decíamos al principio, a la memoria eterna de Paco Gómez, que siempre será la cara visible de la A.A.B.I. para quien redacta estas líneas.
Excelentes y necesarios trabajos.
Muchas gracias.
Alberto