Álvaro García Fontán | Propongo al lector -al que voy a tutear- imaginar lo siguiente: una familia cuyos miembros cobran poco más del SMI y/o sufren la angustia del paro. Indudablemente dicha unidad familiar se ve bastante afectada por la inestabilidad e incertidumbre económica. Y uno de los pilares básicos y troncales de la familia que se tambalean con dicha inestabilidad es la vivienda: por esta razón, es imprescindible la existencia del parque de vivienda pública donde las personas/familias con pocos recursos puedan tener acceso a pisos sociales. Cada vez que se ejecuta un desahucio se dinamita -en gran medida- la garantía de crecimiento y desarrollo de un grupo de personas que están luchando o intentando mantener un mejor futuro. Tengamos en cuenta que en España el riesgo de pobreza afecta a más del 25% de la población; problemas por desgracia tan generales como precariedad laboral o la perdida de poder adquisitivo afectan también a muchísima más gente española… y por eso que la vivienda sea un derecho asegurado es tan importante. Estar en la calle -o situación similar- es recibir un golpe demoledor a tus metas/proyectos y esperanzas realmente difícil de recuperar.
Imagino que el nombre de Ana Botella no se olvida fácilmente y menos aquí en Madrid, por lo que recordemos a colación de lo expuesto en el párrafo anterior una de las peores y más despreciables medidas que tomó la que fue alcaldesa de Madrid hasta el año 2015: En 2013 Botella, después de fracasar en su gestión de la recuperación económica con medidas totalmente ineficaces y recortes, tuvo la brillante idea de vender más de 1800 pisos sociales propiedad del ayuntamiento (residencia de familias/personas jóvenes, gente con pocos recursos, etc..) a fondos buitre. Que por cierto fueron vendidos muy baratos.
Determinante y sin miramientos, Ana Botella condenó a miles de personas a la miseria resultante de sufrir los nuevos y altísimos precios de alquiler que además echaron literalmente a la puta calle a muchos antiguos inquilinos. Pero otros ganaron, el fondo buitre vende los pisos mucho más caros comparado con el precio que pagó por ellos al gobierno de Ana Botella y gracias a ello se forra, además el ayuntamiento del momento consigue algo de dinero rápido, pero totalmente insuficiente. Estás acciones, resumen del desprecio clasista aún muy presente y dirigido a los que menos tienen, nunca deben ser olvidadas porque representan a la perfección el falso patriotismo de la derecha/capitalistas que llevan la pulsera de la bandera nacional mientras firman medidas que perjudican brutalmente a miles de españoles.
Quién quiera reír por no llorar, que eche un vistazo a lo ocurrido con Ana Botella después de que fuera juzgada por la venta de viviendas sociales a fondos buitre… fue absuelta, cosa que es para -hablando en plata- descojonarse. Y por no comentar la influencia del PP -especialmente Aznar- en ese juicio a favor de su amiguita… fue realmente insultante. Búscalo si crees que miento.
Álvaro García Fontán
- Vivienda y dignidad - 29/09/2021
- Un georgiano y el pensamiento crítico - 07/09/2021