Ya nada queda de la Cataluña que conocimos. De aquella tierra en la que recalaron quienes nos precedieron en búsqueda de condiciones dignas. Aquellas gentes, jugándose la vida, no dudaron en subirse a trenes como “El Sevillano”, dirección Estación de Francia, huyendo de la más absoluta miseria. Una vez allí, los que llegaban, atónitos, eran objeto de explotación y humillación constante. Huelga decir que la mejora de sus condiciones materiales no fue dádiva de nadie. Nadie les regaló nada. Ni mucho menos quienes, herederos de aquella burguesía reaccionaria, hoy se erigen como progresistas.
Sin lugar a dudas, la situación actual nada tiene que ver con aquella. Ahora bien, una sociedad que adolezca de memoria, jamás podrá proseguir con el legado de sus abuelos. Un legado de lucha frente a la tiranía del origen, una batalla contra la exclusión en aras de ahondar en el logro de derechos y libertades para los tradicionalmente desatendidos.
Los últimos comicios electorales denotan hartazgo. Un cansancio generalizado entre los más humildes que ya nada quieren saber de tomar partido. Esa es su gran victoria, la de lo herederos de quienes vilipendiaban a los nuestros: el silencio. Un inmovilismo que da vía libre a quienes nos enfrentaron a amigos y familiares; que no impugna sino que asiente ante aquellos que pasaron de la épica, caiga quien caiga, a la hípica; manteniéndose a caballo entre una retórica excéntrica y la normalización de políticas neoliberales.
Es por ello que urge en Cataluña el restablecimiento de la realidad ante la invasión simbólica que difumina las tradicionales afrentas del socialismo. En definitiva, los intereses de aquellos a quienes la arbitrariedad no premió con un buen estatus. Apremia la creación de una nueva formación de izquierdas que no apele a la esencia, la segregación o a categorías de puros e impuros. Acucia una defensa férrea de la igualdad entre conciudadanos, vengan de donde vengan, ostenten lo que ostenten. Nadie es más que nadie y en consecuencia nada es privativo de nadie.
Por una Cataluña socialista libre de xenofobia, racismo y nacionalismo, os convocamos desde El Jacobino el próximo sábado 3 de junio a las 11:30h en el Centro Cívico Cotxeres Borrell (C/ De Viladomat 2-8, Barcelona).
¡Qué atruene la razón en marcha!
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