Miguel Ángel Derqui 
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Miguel Ángel Derqui | El hermoso Manifiesto Fundacional de UPyD fue un alegato progresista que sirvió para estimular la ilusión de que era posible tener un instrumento político con el que comprometerse todos los que participaban de los principios socialdemócratas contenidos en dicho Manifiesto y no encontraban nada equivalente en España.
Pero con un espíritu muy abierto, propio de una organización social avanzada, UPyD fue incorporando a militantes que aportaban esencialmente los principios del liberalismo económico, en algunos aspectos bastante contradictorios con los principios socialdemócratas de prevalencia de lo público sobre lo privado, así como de la necesaria intervención reguladora y de control del Estado para asegurar la defensa del bien común, todo esto sin menoscabo de la necesaria libertad de emprendimiento privado y de las libertades esenciales propias del liberalismo social, que son también señas de identidad de la socialdemocracia.
Esta incorporación liberal permitió un notable crecimiento de UPyD pero dio lugar a su gran crisis política que le ha llevado a su desaparición pública, porque políticamente no pueden convivir en un mismo partido las ideas socialdemócratas y las del liberalismo económico.
Es lo mismo que pasó en Ciudadanos, que optó claramente por el liberalismo económico y abandonó los principios socialdemócratas originales de sus promotores intelectuales, lo que quizás contribuyó a la profunda crisis política en que está inmerso este partido.
Esto no quiere decir que, cuando las circunstancias sociopolíticas lo aconsejen, un partido socialdemócrata no pueda compartir los principios social-liberales con un partido liberal e inclusive, en su caso, con un partido liberal-conservador, y atemperar juntos el liberalismo económico, pudiendo llegar a compartir, en consecuencia, responsabilidades de gobierno, pues esto es muy posible y es mucho más deseable la cooperación que la criminalización mutua, cooperación que, en algunos casos, en Europa, se ha demostrado muy útil socialmente.
Pues bien, aunque pueda resultar controvertido, muchos socialdemócratas pensamos que en el contexto político español actual, no existe de hecho ningún verdadero partido socialdemócrata que propugne los principios socio-político-económicos citados, defendiéndolos como corresponde en un marco de unidad nacional y fraternidad y cooperación internacional, ajena a todo tipo de secesionismos y particularismos diferenciadores, de tinte supremacista/segregacionista y contrarios a una sana y pacífica convivencia, no en la uniformidad sino en la cooperación y el entendimiento.
Evidentemente, también otros muchos socialdemócratas honestos creen que sí tienen su opción política en alguno de los partidos actuales de izquierda o que se autodefinen de izquierda, lo que contribuye a la enorme confusión política actual en la izquierda española.
Pues en este marco de perplejidad política, muchos socialdemócratas españoles aplaudimos la reciente creación de la plataforma social-política denominada “ El Jacobino”, que propugna firme y claramente estos valores socialdemócratas y que es de desear se convierta pronto en una opción electoral que pueda contribuir al mejor desarrollo social, político y económico que necesita España, así como a propiciar la más adecuada convivencia cívica que tanto se echa de menos en el país.
Miguel Ángel Derqui
Tras haber sido CEO en Argentina, de Austral Lineas Aéreas y Aerolíneas Argentinas, y en España de Galerías Preciados, es Productor Ejecutivo y Guionista de Series Documentales y de Ficción para Tv, en cuya Producción participa.
Es comprensible que no se detecte dónde se encuentra el componente socialdemócrata en el tablero político español, cuando se afirma sin pudor que UPYD o Ciudadanos defendían originalmente principios socialdemócratas. Comprensible también cuando llegamos a inventarnos como categoría política el social-liberalismo. Y cuando dejamos claro que lo deseable es que dicha socialdemocracia (no era que no existía? En qué quedamos?), que claramente era percibida en los inicios en UPYD y Ciudadanos, pacte con los liberales (los propios UPYD y Ciudadanos?) o con los conservadores liberales.
La deriva de este artículo es paralela a la de dichos partidos. Revisemos el proceso:
1. Yo soy socialdemócrata.
2. No existen partidos socialdemócratas. Sólo UPYD y Ciudadanos en sus inicios.
3. Los liberales son necesarios para el equilibrio político.
4. Me invento el oxímoron del social liberalismo.
5. Los liberales conservadores también padentro. Pp? O alguno más?
6. Finalmente. Me extraño de que UPYD y Ciudadanos se hayan ido al carajo.
Pues no sé, Rick.
Ciertamente el problema de UPyD y CIUDADANOS, ha sido pretender ser una cosa y la contraria, con lo que lo único que consiguieron, fue la fuga de votantes que no sabían que es lo que estaban votando. Necesitamos un partido socialdemócrata? por supuesto por que no lo hay, una izquierda no sectaria, pero consciente de que debe ser vertebradora de la nación y baluarte contra el que se estrelle el separatismo, bajo los principios universales de Libertad, Igualdad y Justicia e incluso tomando la bella idea de la revolución americana, de la «búsqueda de la felicidad».
Pero una cosa tiene que tener claro, eso que no tuvieron UPyD y CIUDADANOS, si eres la izquierda que le gusta a JJ santos, es que no eres de izquierdas.
Quizá el problema está en aclarar qué se entiende por liberalismo. El liberalismo económico y una política de izquierdas (aun la socialdemócrata) son incompatibles. Pero el liberalismo nació como liberalismo político. Y el liberalismo político es perfectamente compatible con ciertas izquierdas, aunque no con otras (Gustavo Bueno hablaba de la izquierda liberal, como la segunda generación de izquierdas). La socialdemocracia ha funcionado casi siempre como una izquierda que ha asumido ciertos presupuestos del liberalismo político (respeto al los derechos individuales, a los procedimientos de la democracia «formal», etc.). Y en el respeto a esos procedimientos se puede encontrar con los partidos liberales y ciertas derechas (enfrentándose a los populismos varios de derechas o de izquierdas y a las diversas formas de autoritarismo). Otra cosa es si hablamos del liberalismo económico Entonces sí hay que decir que una izquierda liberal, o una socialdemocracia liberal, es un oxímoron.